‘Borges como oxímoron’. Barcelona. 27 enero 2017. El escritor y crítico literario Ricardo Piglia opina que Borges pertenece a la tradición de escritores “reaccionarios” del siglo XX, entre los que cita a Céline, Pound y Faulkner: “Son escritores que, desde posiciones y criterios distintos, han resistido el proceso de mercantilización de la sociedad y han defendido valores precapitalistas y en muchos casos han sido antidemocráticos”.
La idea del escritor (del artista) íntegro, de una sola pieza, que acompaña su buen hacer en las letras con unas opiniones sobre la realidad serias, profundas, incontestables, es una propuesta nueva, que surge en la última etapa del capitalismo, cuan do el intelectual deja su sitio a la televisión y la cultura se mide por las ventas y el entretenimiento.
Antes de eso el escritor era un outsider, alguien que miraba la sociedad desde fuera y al que se aguantaba porque la escritura —una profesión marginal, femenina, sin sitio en la cadena de producción— ya estaba inventada. Ese escritor —hablo de principios y mediados del siglo XX— estaba asociado a varias reivindicaciones: de la libertad sexual, de la mujer, del perdedor, de las minorías raciales, y ponía en duda la familia, las instituciones, la religión, el poder, hasta la vida misma.